Ultimo aliento.

Entre la tragedia se han inspirados mis torpes letras, sean ustedes bienvenidos...

jueves, 18 de septiembre de 2008

Palido capricho


Donde estabas esa noche, en la que silencio hizo su acto casual; casi fatal, y en la cual la niebla escondió tu alucinante figura, otra voz de angustia se hace presente en el inerte infinito que condena cada instante al somero y vacio sentimiento que me abate o al menos así lo describe esta sangre que irriga hasta el mas patético rincón de mi ser.
Donde estabas esa noche, Cuando mis muros cayeron y los segundos se comprimieron en un soplo de muerte que habría dejado una de tus tantas mascaras, y en la angustia de mil amoríos rugió culminante un crió lleno de rabia, el cual, detrás de los alaridos de un unísono fin; dejo mancha violeta donde su génesis se encarno a tu piel sigilosa.
Donde estaba esa sonrisa soñolienta que esculpió mis días Cuando los cielos escupieron sus ángeles a mi infierno? y he aquí otra guerra entre la razón y el sentimiento que no deja notas para la aguda sinfonía que acude a los desvaríos de un tonto amor, no seria bien servido aquel momento sino al torturar su existencia con crudas lágrimas que nada saben pero todo llenan.
Y donde te hallabas musa de otros siervos cuando el cuervo escarbo en mi herida y dejo una duda atada a mi corazón? donde se encontrara mi cura en la ceniza o en la arena? cuanto duele esta herida que dejo por cicatriz una caudal de plumas negras que susurran a mi oído “nunca mas” y que no dejan paradero en la soledad. Y escucho un agudo rechinar de dientes es acaso otro desamor lejano? No, no es así, No cabe duda es mi alma que amordaza nuevamente su cabrio ser.
Y donde habría amor para esta inquina soledad? No hay tierras prometidas en esta historia que se trazo bajo mil senderos por donde el rumor de un sentir deja que el caudillo caiga en el furtivo placer de sus colores, oh aberrantes matices que percuten hasta al mas sobrio! Déjense ver una vez mas antes de caiga el ultimo cadáver bajo tu tierra.
Muéstrame el fin o el inicio ya que en toda parte de mi existencia habría una letra que conjugase en tu dulce nombre, y dulce por la inocencia que palpita antes de conocerte pero ahora en este delirio no cabe mas sabor que el del placentero masoquismo, y que en noches húmedas de pensamiento deja de ser dolor y entre tus tantas caras aparece la demente puta que mancho mi innata imagen acomodada a tu cadera, entre esos olvidos aparece con olor a funeral ella, otra parte de ti que ame con miedo y pasión, he allí Lujuria, habrían mil versos en su consagración pero hasta mi letra perdió sentido y cumbre de solo anotarla entre este solo sin ritmo.
Ella quiere galletas, mientras miro hacia el infinito, y en el universo se acomodan los astros para nuestro juego de damas perdidas, entre tu labio y el mió acaricia otro ladrón a su amante de ocasión, y bajo el futuro perdido entre finos granos de vació palpita otro pálido capricho que rocía con su canto mudo tus corpiños. En este momento el crió perdió la cordura y su verso se fue tras un punto final que deja duda solo para el que nada sabe y todo llena.

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