Ultimo aliento.

Entre la tragedia se han inspirados mis torpes letras, sean ustedes bienvenidos...

martes, 27 de diciembre de 2011

La mesa número 7.

Creo que fue una noche de invierno, el restaurante estaba lleno y las voces de la clientela estaban más bulliciosas que de costumbre, afuera la nieve caía besando con su suave y fría esencia el suelo, mientras dentro las luces tenues y el aroma a café empapaban el ambiente de un calor acogedor. De repente una voz apenas perceptible dijo: ¡Mesera! En ese momento Cossette volteo su mirada hacia la mesa número 7 donde se hallaba sentado un hombre de largos cabellos negros que caían hasta sus hombros, el semblante firme y la piel blanca como el invierno, quizás de 27 0 30 años llevaba un abrigo largo y negro, y por debajo de este una camisa manga larga blanca con una corbata oscura. La chica se acerco a la mesa y como de costumbre sonrió impaciente mientras decía – ¿que va a ordenar caballero? – El hombre levanto la mirada y poso sus grandes ojos verdes sobre la mesera – Un café con leche sin azúcar y una ración de pasta – La chica quedó por un momento ausente de la realidad, para luego decir – ¿algo más señor? – a lo que el hizo gesto negativo mientras enterraba aquellos ojos en su libro, la mesera se alejo de la mesa mordiéndose el labio inferior. Llego a la barra y le dio la orden a otra chica, volteo de nuevo hacia la mesa numero 7, sus piernas temblaron y su corazón palpito mas que de costumbre, levanto su mano para poder morder el dorso de su dedo índice y pensó – ¿Que estupideces estoy pensado? ¿Como podría yo sentir algo así de repente? Ni siquiera se su nombre, pero esto que siento me esta quemando y pone a mi alma a hervir de emoción, de incertidumbre… ¿Quien eres? ¿De donde vienes y a donde vas? ¿Cual es tu historia? ¿Cuáles son tus sueños? Mi nombre es Cossette tengo 21 años de ignorar tu existencia ¿Qué? ¿Me invitas a cenar? ¿Así de repente? Me parece descortés de tu parte pero… – en ese momento la chica detrás de la barra decía – ¡Cossette! ¡Cossette! La orden esta lista! – La mesera giro apresurada tomo el pedido sobre una charola de aluminio y se dirigió hacia la mesa numero 7 mientras decía en sus adentros – ¿Cuántos metros habrán hasta la mesa? ¿4, 5,6? ¿Que le diré? ¿No tienes mucho tiempo, piensa en algo Cossete? ¡Espera que estoy pensando! ¡Que clase de chica pensara que soy! Ya estoy cerca ¿Qué hago? ¡Ya se! Haré un comentario sobre su corbata ¡idiota no! Quizás solo le diré “bon appetit” el dirá gracias y yo daré mi mejor sonrisa mientras lo veo a los ojos fijamente… ¡mejor no puede pensar que espero propina! No creo verle de nuevo pues no parece cliente conocido, rayos ya estoy aquí… – la mesera se detuvo frente a la mesa y dijo – es…espero disfrute su café señor, nuestra pasta es la mejor – el hombre apenas movió los labios para decir gracias sin siquiera ver a la mesera, Cossette se alejo a paso rápido y el tomo la taza para beber un sorbo, luego probo la pasta y siguió leyendo silenciosamente entre el palabrerio de las demás mesas, entre el calor de la gente desconocida, entre el pensamiento de alguna mesera encolerizada.

– supongo que es así como debe ser – dijo en voz baja Cossette mientras caminaba hacia otra mesa donde le llamaban – pero que se puede esperar de alguien que pide pasta con café, ¿ósea que clase de combinación es esa? Solo alguien con problemas puede pedir algo así, de hecho agradezco que no me haya dicho algo mas, Dios sabrá que clase de psicópata es… – tomo la orden y volvió a la barra, de nuevo volteo a la mesa numero 7 y allí estaba su amado in amado, sereno, frió y quizás un tanto amargo como su café, ella sonrió levemente y giró hacia la barra para tomar la orden, así se pasaron los minutos mientras ella trataba de fijar su pensamiento en cosas mas triviales quizás como el echo de que sus zapatos estaban sucios, o que su labial estaba corrido; fue al baño se miro al espejo remarco su rojo labial, arreglo su corto cabello y volvió a la barra, intercambio un par de palabras con la chica que entregaba las ordenes y con otra mesera algún chisme, alguna anécdota de 2 minutos; nuevamente ya sin mucho impaciencia volteo otra vez hacia la mesa numero 7, mascullo hacia sus adentros al verla vacía, escucho la puerta del restaurante sonar, giro la vista hacia las amplias ventanas de vidrio donde se miraba a un hombre de abrigo largo cruzar la calle, entonces bajo la cabeza, tomo una charola y a paso lento fue hasta la mesa para recoger los platos y la paga, limpio la mesa recogió todo y lo dejo en la barra donde otra chica se llevo la charola. Se sentó un momento en la barra y suspiro, se quito los lentes y los limpio con su delantal; entonces la chica de la barra se acerco y le dijo – Oye Cossette, al parecer a nuestro clientes les encanta la pasta de la cocinera, mira que ese de la mesa 7 ha dejado escrito en la servilleta “Gracias por la pasta ha estado deliciosa volveré mañana” – la chica mordió su labio y dijo con su acento español –es que Maria cocina de maravilla ¿no creéis?

domingo, 25 de diciembre de 2011

Sigo siendo el que he sido...


Pues ya no tengo 17 como dice la descripción de perfil, pero igual supongo que no he cambiado demasiado, solo creo que ahora tengo conceptos un poco mas claro de cosas que ya suponía, aunque aun me falta por saber mucho, tampoco es algo que me interese demasiado, aun escribo aunque no se como llamarle a lo que escribo u.u aun practico el violín pero casi tanto nadar (osea casi nunca, ni se nadar) por que escribo esto? Ammm porque quiero retomar estas viejas memorias y mostrarlas a mi presente...