Ultimo aliento.

Entre la tragedia se han inspirados mis torpes letras, sean ustedes bienvenidos...

jueves, 18 de septiembre de 2008

Ahorcando a un cuervo


Como gran alma te encuentro posado en mi pensamiento, te miro y allí estas entre la sombra atada a mi karma. Comienzas a morder bajo mi piel, comienzas a doler bajo mi luna, sal de mi mente! dejadme verte; donde esta ese sentimiento infiel que corroe mis noches absueltas por el verso exprimido del dolor? Siento tu aroma apócrifo y me siento ebrio, vomito cada segundo en el que vivimos colgados a una ilusión, miro a mi alrededor miles de muros y mi alma quiere callar a gritos tu maldito recuerdo! Déjame apostatarme de tu piel caníbal, compungirme de tu maldito suspiro que me arde justo aquí; bajo tus besos.
Porque te escondes? Mis manos no te romperán lo juro, solo deseo ungir tu piel con el poco amor que rescinde mi razón, acércate a mi rincón aquí esta el sentimiento envuelto en estrellas para ti; cuidado el filo podría cortar tu suave caricia, así que déjame meterme en tu boca que quiero violar tu oscura soledad, déjate sobornar una ultima vez pues mi paciencia es nula y no podría morigerar mas este jadeante deseo, pósate en el dintel de mi puerta hazme compañía hasta mi letargo pues pronto vendrá mi amante rencorosa; su vestido es tan transparente que puedo verle hasta las lagrimas, dejo pasear mi ebria mirada hasta su vientre y he de encontrar una boca suspirando mis ultimas frases, y bajo mi cielo humedecerán mi corazón tus monótonas frases de duelo entonces dirá mi sombra absuelta de todo recuerdo; jodete maldita esperanza pues tal es mi dolor que casi vive entre mis venas y tras esa cruel indiferencia veo tu sonrisa en un beso ajeno, como pudiste darme el final ese insulso desenlace esta cortando mis venas, me desangro! escucha mi sonata de funeral gemir, gritar, vete al carajo en un verso, pasea tu aberración en otro infierno donde el sentir se acomode mas a tu unísona lengua.
La vida que se conjuga en tu historia de plumajes oscuros insita a mi leal e inquino sentimiento a morder tu carne, permítele a mi beligerante angustia ahorcarte en un momento de trágica inspiración dejad pues que mi sollozo culmine este amargo capitulo. Solo una lenta caricia si? Dale paz a mi verso con tu sangre, dejad pues cuervo ver tu lucida figura y tras el cortinaje de un sueño aplastar tu cabeza, arrancare tu pico en delicado suspiro para la herida que tatuara al infiel corazón de mi amante, yo soy tu carroña mírame! Tan imbecil es tu latir que lo oigo percutiendo en otra cama, por donde volara tu pensamiento, venid dulce cuervo que tu temor casi muerto no quite la audacia plasmada en tu color, acércate a mi espalda pues arrancare tus alas; no llores mas que sacare tus ojos para después humedecer de lagrimas el triste umbral de mi soledad para ver morir en un triste sorbo mis lígrimos lirios!
He vuelto de un largo viaje sobre el marismo pérfido al lagrimar de un triste poeta desesperado por la perdida de su hermosa virgen, y es tanta mi confusión que no cabria duda tan grande en un pensamiento tan corto de sentimiento, entre tus neologismo del espíritu encontré de nuevo el dulce rechazo! no habrá mas solución que dar por muerta tu somera presencia en mi rincón,
arrancare de tu plumaje fugaz cuervo, tu inquieto color, no dolerá hermano, pues el eco no existe en este recuerdo, haré de tu oscuro vestir un cordel bañado de nostalgia para ahorcarme bajo la garúa del infinito soñar de tan pura musa.
Ahora eres carroña de una nueva leyenda y solo queda tu insípido sabor para aniquilar el aliento de un último beso, beso que dedicare a la amarga indiferencia de tu andar y dejare para tal condena un rescripto que marcara tu sombra como
la puta de mis segundos de sueño.

Palido capricho


Donde estabas esa noche, en la que silencio hizo su acto casual; casi fatal, y en la cual la niebla escondió tu alucinante figura, otra voz de angustia se hace presente en el inerte infinito que condena cada instante al somero y vacio sentimiento que me abate o al menos así lo describe esta sangre que irriga hasta el mas patético rincón de mi ser.
Donde estabas esa noche, Cuando mis muros cayeron y los segundos se comprimieron en un soplo de muerte que habría dejado una de tus tantas mascaras, y en la angustia de mil amoríos rugió culminante un crió lleno de rabia, el cual, detrás de los alaridos de un unísono fin; dejo mancha violeta donde su génesis se encarno a tu piel sigilosa.
Donde estaba esa sonrisa soñolienta que esculpió mis días Cuando los cielos escupieron sus ángeles a mi infierno? y he aquí otra guerra entre la razón y el sentimiento que no deja notas para la aguda sinfonía que acude a los desvaríos de un tonto amor, no seria bien servido aquel momento sino al torturar su existencia con crudas lágrimas que nada saben pero todo llenan.
Y donde te hallabas musa de otros siervos cuando el cuervo escarbo en mi herida y dejo una duda atada a mi corazón? donde se encontrara mi cura en la ceniza o en la arena? cuanto duele esta herida que dejo por cicatriz una caudal de plumas negras que susurran a mi oído “nunca mas” y que no dejan paradero en la soledad. Y escucho un agudo rechinar de dientes es acaso otro desamor lejano? No, no es así, No cabe duda es mi alma que amordaza nuevamente su cabrio ser.
Y donde habría amor para esta inquina soledad? No hay tierras prometidas en esta historia que se trazo bajo mil senderos por donde el rumor de un sentir deja que el caudillo caiga en el furtivo placer de sus colores, oh aberrantes matices que percuten hasta al mas sobrio! Déjense ver una vez mas antes de caiga el ultimo cadáver bajo tu tierra.
Muéstrame el fin o el inicio ya que en toda parte de mi existencia habría una letra que conjugase en tu dulce nombre, y dulce por la inocencia que palpita antes de conocerte pero ahora en este delirio no cabe mas sabor que el del placentero masoquismo, y que en noches húmedas de pensamiento deja de ser dolor y entre tus tantas caras aparece la demente puta que mancho mi innata imagen acomodada a tu cadera, entre esos olvidos aparece con olor a funeral ella, otra parte de ti que ame con miedo y pasión, he allí Lujuria, habrían mil versos en su consagración pero hasta mi letra perdió sentido y cumbre de solo anotarla entre este solo sin ritmo.
Ella quiere galletas, mientras miro hacia el infinito, y en el universo se acomodan los astros para nuestro juego de damas perdidas, entre tu labio y el mió acaricia otro ladrón a su amante de ocasión, y bajo el futuro perdido entre finos granos de vació palpita otro pálido capricho que rocía con su canto mudo tus corpiños. En este momento el crió perdió la cordura y su verso se fue tras un punto final que deja duda solo para el que nada sabe y todo llena.